Apoyamos el llamamiento de #ZeroCovid para hacer frente a la pandemia de COVID19 con un manejo solitario. Desde hace un año estamos en esa situación y todavía no se vislumbra una estrategia concreta para contener la pandemia a largo plazo. La vida pública sigue muy restringida, las instituciones sociales, artísticas y culturales han cerrado en gran medida y la educación en las escuelas, los centros de formación y las universidades se ha reducido de forma masiva. Pero al mismo tiempo no existe el home office obligatorio en las empresas, ni se recorta la producción no esencial. El resultado es un “lockdown parcial” que se repite a cada rato en forma de olas y que es social y psicológicamente agotador y que afecta especialmente duro los grupos desfavorecidos de esta sociedad. Por eso, #ZeroCovid exige no sólo medidas más consistentes para contener la pandemia, como el cierre temporal de oficinas y fábricas, sino también la financiación solidaria de los costes de estas medidas y un apoyo especial a los más afectados por la situación actual.
Apoyamos en particular el ultimo punto de las demandas, la contribución a la distribución mundial de vacunas. Desde una perspectiva poscolonial y antirracista, la exigencia de considerar las vacunas como bienes comunes globales y, por tanto, de trabajar por una distribución globalmente justa de las mismas, es la única forma solidaria del manejo de la vacuna. En la actualidad es evidente, una vez más, que los problemas globales no pueden resolverse de forma aislada. Sin embargo, los paises del Norte Global, como Alemania, eligen este camino y utilizan su poder para protegerse a sí mismos en primer lugar. Seguimos exigiendo el levantamiento de la protección de la patente de las vacunas de COVID19 para permitir su producción mundial a precios razonables. Para nosotros, combatir la pandemia de forma solidaria incluiría también el apoyo económico a las regiones del mundo más afectadas por la crisis actual, porque no unicamente en los países más ricos del Norte Global hay millones de personas que han perdido sus ingresos debido a la pandemia y dependen de los programas de ayuda del gobierno.
Mientras que en algunos países, como Taiwán y Nueva Zelanda, las nuevas infecciones se han reducido al mínimo, la UE en particular se niega a reconocer los ejemplos positivos del resto del mundo como tales. Exigimos un debate serio sobre los intentos exitosos de contención de la pandemia en todo el mundo en igualdad de condiciones, es decir, sin la presunción de superioridad europea. Por supuesto, una estrategia de #ZeroCovid no debe utilizarse como pretexto para ampliar la Fortaleza Europa. Cuarentena no significa aislamiento. El apoyo financiero a las personas en cuarentena y las regulaciones vinculantes a través de las fronteras nacionales son formas de garantizar los derechos fundamentales a la libertad de movimiento y de asilo incluso en la crisis actual. Estamos convencidos de que Europa con fronteras abiertas es compatible con un manejo responsable de la pandemia.